Calandrini fue fundada como fábrica de artículos religiosos a finales de los años 1970 por voluntad del fundador Mario Busi, quien, dando un vuelco a su actividad papelera practicada hasta entonces, se lanzó, con el coraje empresarial que siempre lo había distinguido, La entrada en este nuevo sector de productos prevé un fuerte desarrollo y un grupo de clientes potenciales mucho mayor de lo que uno podría haber imaginado a primera vista.
Su elección fue lanzar al mercado toda una serie de artículos que combinaran la practicidad del uso diario con una relación calidad/precio accesible al mayor número posible de personas, no dirigiéndose exclusivamente al segmento alto del mercado sino a aquellos que buscan y quería un artículo económico pero digno.
Esta particular característica, una producción de excelente calidad combinada con un serio control de costes, ha llevado a nuestra empresa a un desarrollo excepcional y constante en el tiempo, situándola como líder indiscutible a nivel mundial y un ejemplo a seguir en nuestro tan particular sector.
La reciente compra de la nueva y amplia sede con el traslado allí de las distintas unidades productivas, anteriormente ubicadas por separado, debe verse desde esta perspectiva que siempre nos ha caracterizado: máximo compromiso y seriedad para dar a nuestros clientes la certeza de que un producto Calandrini. además de estar garantizado, es también el resultado de un trabajo serio y minucioso, donde nada se deja al azar y donde, en lugar de copiar sistemáticamente lo que ya está en el mercado, se busca la originalidad con la corrección de las formas que siempre nos ha caracterizado. , materiales y tecnologías innovadoras.
La fábrica se extiende sobre una superficie de 4.000 m2, lo que permite contener todos los procesos, desde el tratamiento de las materias primas hasta el envío, bajo un control constante.
El almacén permite almacenar stocks de productos semiacabados, para tener siempre disponibles, en la medida de lo posible, todos los artículos del catálogo. El taller mecánico nos ofrece la posibilidad, además de producir objetos de catálogo, de realizar cambios en la producción normal a petición del cliente. Nuestra elaboración se concentra sobre todo en el latón y el bronce, materiales seminobles que permiten acabados más que dignos.
La planta cuenta con dos departamentos fundamentales, además del normal embutición y torneado: la soldadura, realizada siempre y sólo con plata, y la limpieza de metales, operación indispensable y delicada a la que todo objeto de latón debe someterse antes de cualquier tratamiento galvánico.
Los baños galvánicos dentro de fábrica nos permiten procesar de forma inmediata los pedidos y un surtido de acabados a criterio del cliente. Disponemos de baños de oro puro de 24 kt, tanto brillante como opaco, paladio similar a la plata que es altamente resistente a la oxidación natural del aire, níquel brillante y opaco y finalmente un baño de envejecimiento que confiere a los objetos de latón la pátina característica de la antigüedad.
Diseñamos y cuidamos personalmente cada uno de nuestros objetos en sus formas y acabados.